Tecnología agroalimentaria: el gigante silencioso que supera a la inteligencia artificial
Mientras la inteligencia artificial alcanza titulares y despierta debates globales, un sector menos visible pero igual de revolucionario está creciendo a pasos agigantados: la tecnología agroalimentaria. Este mercado, que abarca desde la agricultura de precisión hasta la producción de carne cultivada en laboratorio, se proyecta alcanzar un valor superior a los 730 mil millones de dólares en 2028, según Eatable Adventures.
Sin embargo, su relevancia choca con el desconocimiento generalizado. Muchos interactúan con sus avances diariamente sin saberlo. Comprar una hamburguesa vegetal o alimentos con menor impacto ambiental son actos cotidianos que reflejan el impacto de esta tecnología.
En nuestra región, la tecnología agroalimentaria enfrenta retos, pero también muestra un potencial formidable. Colombia, por ejemplo, emerge como un líder inesperado. A pesar de una caída en la inversión total de la región, de 3,6 mil millones de dólares en 2021 a 1,7 mil millones en 2022, el país se posiciona como el segundo mejor destino para startups del sector, superando a economías más consolidadas como Chile y México.
El crecimiento del ecosistema colombiano, con 163 startups y casi 2.800 millones de dólares en inversión acumulada para 2024, refleja una apuesta sólida por la innovación en biotecnología, robótica y economía circular. Pero, como señala Sergio Zúñiga Bohórquez, vicepresidente de Eatable Adventures, es crucial fortalecer alianzas entre empresas emergentes, grandes corporaciones y el sector público para superar barreras como la baja adopción tecnológica entre pequeños productores.
La tecnología agroalimentaria no solo es un motor de desarrollo económico, sino una respuesta directa a desafíos globales como la seguridad alimentaria y el cambio climático. Ignorar este sector sería un error estratégico, tanto para gobiernos como para inversores. América Latina tiene las condiciones para liderar esta revolución, pero el tiempo apremia. Apostar por la innovación abierta y fomentar la internacionalización de las startups no es solo una opción: es el camino a seguir.
¿Estamos preparados para aprovechar esta oportunidad o seguiremos mirando solo hacia la inteligencia artificial? El futuro del alimento y del planeta podría depender de esta respuesta.