Milei no leyó su propio DNU y metió la pata: cerró Télam sin antes hacerla una S.A.
En este artículo se busca dar una mirada diferente sobre el intento de clausurar la agencia Télam por parte del presidente Javier Milei. La geopolítica y la geoeconomía de antes pasó a ser el geopoder de ahora, y el escenario de guerra inteligente en la que está inmerso el mundo necesita herramientas claves de difusión.
Hasta ahora se escucharon argumentos legítimos sobre la improcedencia del gobierno nacional para cerrar la agencia Télam. En el plano político, el presidente de la UCR, Martín Lousteau, dio el equilibro justo en CNN Radio al razonar de la siguiente forma: “primero, ¿es una parte importante del gasto público?, la verdad que no; estaba excedida en la cantidad de gasto que tenía, la verdad que sí; pero después hay otro tema, y es ¿está bien cerrar?, creo que Milei hace todo de manera excedida, es todo un exceso permanente”.
En el aspecto jurídico, el abogado Andrés Gil Domínguez fue contundente: “La agencia nacional de noticias Télam es una sociedad del Estado (SE) regida por la ley 20.705 que en el art. 5 exige para poder ser liquidada por parte del Poder Ejecutivo la previa autorización del Congreso mediante la sanción de una ley”.
"El DNU 70/2023 en el art. 40 derogó la ley 20.705 sin establecer que la misma tiene efectos retroactivos (art. 7 del Código Civil y Comercial). Su eficacia se proyecta exclusivamente a futuro impidiendo crear nuevas sociedades del Estado", y agregó: "el DNU 70/2023 en el art. 48 establece que todas las sociedades del Estado deben transformarse en sociedades anónimas en un plazo de 180 días, y una vez que esto suceda, se aplicará la ley de sociedades 19.550".
"El cierre de Télam viola las normas del DNU 70/2023. Télam primero debe convertirse en una sociedad anónima y después aplicando la ley de sociedades 19.550 podrá disolverse. Un gobierno desconociendo su propia normativa de emergencia es realmente preocupante y desopilante", sostuvo en su cuenta de X.
La agencia nacional de noticias Télam es una sociedad del Estado (SE) regida por la ley 20.705 que en el art. 5 exige para poder ser liquidada por parte del Poder Ejecutivo la previa autorización del Congreso mediante la sanción de una ley.
— Andres Gil Dominguez (@agildominguez) March 4, 2024
Pero dejando de lado la construcción en la oposición de la medida tanto desde el plano político local como jurídico, hay una interpretación que queremos aportar desde la concepción del geopoder, o sea el estamento más actual de lo que antes podíamos denominar geopolítica + geoeconomía.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo el 7 de febrero de este año en Nueva York: “nuestro mundo está entrando en una era de caos, estamos viendo los resultados: una peligrosa e impredecible batalla campal con total impunidad”.
El funcionario advirtió ante el pleno compuesto por 193 estados en la Asamblea General de la ONU que el globo está entrando en un callejón de descontrol del geopoder con consecuencias que son imposibles de prever, o sea que el caos encuentra un reconocimiento perfecto, aunque posiblemente tardío, en la mayor esfera de representación del planeta.
Más allá de que muchos vean que estos organismos que surgieron post II Guerra Mundial para administrar el equilibrio y buscar la no repetición de conflictos en gran escala están vencidos, la verdad es que en la actualidad todavía los tenemos como parte de nuestras vidas.
Para algunos el mundo entró en una multilateralidad, aunque sin embargo podríamos hacer una lectura más precisa y entenderlo como una bilateralidad más acotada a la puja de las dos superpotencias: Estados Unidos y China, y el resto jugando por debajo de esos enormes intereses, aunque en algunos tomando sus propios caminos, y esas variables son las que le dan inestabilidad al sistema.
En ese marco, la nueva guerra tiene que ver con la utilización de la inteligencia, el conocimiento y la persuasión psicológica del enemigo, más que con enormes escenarios bélicos, más allá de que existen lugares en donde las guerras se están librando en el esquema tradicional, y la invasión rusa a Ucrania es una demostración, tanto como lo que ocurre en Medio Oriente, o en nuestro continente el conflicto entre Venezuela y Guyana por el Esequibo.
Ese marco complejo exige a las naciones tener armas inteligentes para elaborar su propia interpretación de los momentos, y en ese marco permanece en vigencia la agencia Télam, que de alguna manera también se adapta al espíritu del 45, cuando el expresidente Juan Domingo Perón la impulsó.
Milei suspende entrega de medicamentos contra el cáncer por supuestas irregularidades en la compra
— DW Español (@dw_espanol) March 4, 2024
"Se están burlando en nuestra cara": pacientes oncólogicos temen que la decisión del presidente argentino les cueste la vida.
El mandatario acusa a funcionarios del Gobierno… pic.twitter.com/QIMGTM3xqB
En la disputa del geopoder vemos que nuestro territorio está invadido de voces de bloques que entran en puja con nosotros o intentan asociarse en intereses directos. China tiene un despliegue de sus medios en nuestro continente con interesantes alianzas con medios privados que replican noticias de sus puntos de vista; Francia entendió lo mismo, y justamente hoy toma nuestros problemas y los presenta en su pool mediático a su manera, y además nos trae la información sobre lo que sus agricultores reclaman y hacen a la nación más proteccionistas en relación a Mercosur; Alemania impuso sus señales mediáticas, y por ejemplo DW presentó un informe especial muy completo titulado “Milei suspende entrega de medicamentos contra el cáncer por supuestas irregularidades en la compra”; la BBC inglesa ya es un clásico en nuestro territorio; y así una amplia gama de posiciones en donde otros estados exportan sus tanques de difusión.
Las agencias de noticias o medios estatales tienen un rol clave en esta guerra mundial de la inteligencia y el conocimiento, porque quien avance sobre posiciones de otros conseguirá para su pueblo más desarrollo y oportunidades.
En ese marco entra el juego de la utilización de la tecnología, advertida por el militar español, experto en geopolítica, Pedro Baños, tal vez uno de los primeros en empezar a utilizar el concepto de geopoder: “estamos entrando en una época verdaderamente muy, muy compleja por todo lo que permite la tecnología”, dijo a BBC.
Una forma de entender el comercio exterior desde hace siglos es desde el beneficio económico, pero mucho más desde el intercambio cultural, o la avanzada cultural de una cultura sobre la otra. Y para explorar rutas comerciales y persuadir a futuros clientes es necesario tener una herramienta cultural, un agente mediático que diga cómo es nuestro país, a qué apuntamos, cuál es nuestro propósito, y cuáles son nuestras posiciones globales ante cada disputa. Hoy un potencial cliente de nuestra producción primaria, como de algún producto intermedio o final seguramente haga una investigación sobre lo que somos, y es allí en donde tenemos que mostrarnos desde nuestro propio relato y con nuestra voz, y para eso tenemos un sistema de medios públicos con enorme capacidad, y es allí en donde es imperioso dotarlos de la mayor tecnología.
En estos párrafos tratamos de dejar para un debate que tendría que darse el rol que puede tener Télam en el contexto del geopoder, porque se dijo mucho hasta el momento del servicio que da fronteras adentros, afianzando el federalismo y llevando información a cientos de medios privados de distinta magnitud, pero falta este punto esencial como jugador del mundo caótico en el que vivimos.
La realidad es que necesitamos desarrollar una Télam más grande, que se vaya instalando en ciudades claves del mundo y suscriba convenios con medios locales para proveer sus cables, sus imágenes y sobre todo nuestra cultura y propósito.