Un intercambio en la red social "X" entre el diputado de LLA de Buenos Aires, Agustín Romo, y la periodista Ivy Cángaro, de Tandil, sacudió las redes por la intensidad de los comentarios y el vínculo con la muerte en la familia del político.
Romo, conocido por sus polémicas declaraciones, desató la controversia al despreciar la marcha del 24 de marzo en Buenos Aires. En respuesta, Ivy Cángaro le recordó un oscuro episodio: la muerte de su abuela, la afamada actriz Cristina Lemercier.
Ya que la mue rte de familiares y el dolor te importan nada porque pasaron hace mucho tiempo, aprovecho y te pregunto: ¿tu abuela Cristina Lemercier se suic idó o la ase sinó tu abuelo porque era amante del turco? No creo te moleste responder porque pasó hace bocha.
— Ivy Cángaro (@Ivy_Cangaro) March 25, 2024
Cángaro no dudó en sacar a la luz un doloroso suceso familiar de Romo, mencionando la posibilidad de que la muerte de su abuela no fue un suicidio, sino un homicidio por parte de su abuelo debido a un supuesto romance con el entonces presidente Carlos Menem.
La revelación generó un revuelo en la comunidad virtual, recordando el trágico final de Cristina Lemercier en 1996. Romo respondió con una explicación detallada de la situación, describiendo el impacto que tuvo en su vida desde una edad muy temprana.
El diputado libertario, en un tono desafiante, narró cómo vivió la tragedia con apenas cinco meses de edad, cuando su abuela se suicidó en circunstancias controvertidas durante una discusión con su ex esposo, Raúl Ortega.
La respuesta de Romo, llena de dolor y resentimiento, dejó al descubierto una historia familiar marcada por la tragedia y el trauma. La controversia desencadenada por el cruce en la red social ilustra la complejidad de las relaciones públicas en la era digital y la sensibilidad de ciertos temas personales.
El episodio resalta la importancia de la empatía y el respeto en el debate público, así como la necesidad de abordar con delicadeza cuestiones familiares y personales en el ámbito político y mediático.
La polémica generada por el intercambio entre Romo y Cángaro pone de relieve la fragilidad de la vida privada en un mundo cada vez más conectado y expuesto a la opinión pública, subrayando la importancia de reflexionar sobre las consecuencias de nuestras palabras y acciones en línea.
“Una mañana de 1985, nos acercamos a la pileta de la casa de gobierno y vimos que había gente. En un momento se baja una de las sombrillas, y reconocemos que era Cristina Lemercier, la cuñada de Palito Ortega, que fue la sustituta de Evangelina Salazar en Señorita Maestra".
"La chica estaba llorando, y entonces le pregunté qué le pasaba. Nos contó que había llegado la noche anterior con los hijos, y que Carlos los había llevado al mini zoo que estaba en la residencia, donde un puma se le abalanzó a su hija y le sacó todo el cuero cabelludo. La habían tenido que operar de emergencia”, cuenta Liliana.
Zamora recuerda: “Carlos me encargó que sacrificara al animal, pero confieso que lo hice llevar con un patrullero a los cerros donde le dieron la libertad y desapareció para siempre”.