Victoria Villarruel, vicepresidenta y posible candidata presidencial, ha tomado distancia de su operador político, Guillermo Montenegro, lo que agrava la crisis en torno a su proyecto político.
Montenegro, quien fue clave en el ascenso de Villarruel a la Cámara Alta, se ha distanciado luego de desacuerdos sobre designaciones en el Senado, lo que ha enfriado su relación política.
Este distanciamiento se evidenció con la ausencia de Montenegro en los últimos viajes de Villarruel por el interior, donde busca consolidar una agenda presidencial, posando para fotos y repartiendo sonrisas.
Durante estos viajes, Villarruel se ha rodeado de una comitiva reducida, que incluye a su fotógrafo de campaña, personal del Senado y su mano derecha, Guadalupe Jones.
La relación de Villarruel con Macri ha generado especulaciones, alimentando rumores sobre posibles maniobras políticas, lo que incluso llevó a Juan Grabois a mencionar la posibilidad de un "golpecito" por parte de la vicepresidenta.