Se trata de uno de los ingredientes estrella de la cosmética. Un aliado del cuidado de la piel, gracias a los beneficios que aporta. Sin embargo, pese a sus conocidos beneficios, la vitamina C también es uno de los compuestos que más dudas genera a la hora de usarlo.
Muchos de los mitos a su alrededor crean reticencias a la hora de incluirla en la rutina de belleza, pero la mayoría están basados en la falta de información confiable. He aquí sus principales beneficios y las respuestas a las dudas más frecuentes.
La vitamina C es uno de los principales ingredientes para frenar el envejecimiento. Es antioxidante y protege de los radicales libres y de la oxidación de las células. En este sentido, también interviene en la síntesis del colágeno y elastina, compuestos naturales de la piel que se van perdiendo con la edad. Es por esta propiedad que mejora la apariencia de las arrugas.
A esto hay que añadir que protege contra el daño solar, mejora la barrera protectora de la piel, iguala el tono y reduce las manchas, aporta luminosidad, reduce la inflamación y protege de la contaminación.
“La vitamina C es una sustancia que todo el organismo, y no sólo la piel, utiliza para muchas funciones vitales, de allí que sea de vital importancia su consumo”. El médico dermatólogo Lucas Ponti comenzó a explicar a Infobae y señaló que “el ser humano es de los pocos animales que no la pueden producir por sí mismos por lo que sí o sí la tiene que recibir del exterior y la dieta es la principal manera de incorporar este nutriente de manera balanceada”.
En el caso de la piel, “más allá de incorporarla vía oral a través de los alimentos, es necesario hacerlo en forma de productos cosméticos”, precisó el especialista de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), quien enfatizó que “la vitamina C es uno de los más poderosos antioxidantes que previene el envejecimiento prematuro de la piel como también de muchos órganos, mantiene las funciones vitales de la piel”.
Lo cierto es que se trata de un gran antioxidante y aliado de la piel, famoso por aportar “calma” al rostro con su uso, y es uno de los principios clave para tener una piel protegida, iluminada y joven.
Entre sus mitos más comunes, suele escucharse que la vitamina C sólo puede usarse de noche, o que irrita la piel.
En opinión de los expertos, nada más alejado de la realidad.
“No sólo podemos usarla por el día, sino que es el momento clave para hacerlo. Una rutina rica en vitamina C se aplicará mañana y noche, pero de hacerlo solo una vez, siempre es preferible que sea por la mañana”, explicó a este medio la médica dermatóloga Lilian Demarchi.
En opinión de Ponti, “cuando se la utiliza de noche es un aclarante natural y es un estimulador de la síntesis de colágeno; y cuando se la utiliza de día combate la producción de radicales libres producida por el daño de la radiación ultravioleta y por la contaminación ambiental”. “La vitamina C debería estar presente en todas las rutinas de cuidado facial, sobre todo en pieles que están más expuestas al sol o a la contaminación urbana”, aseguró.
Acerca del riesgo de irritación, al parecer, es otro de los mitos más comunes en torno al uso de este producto y radica en lo que ocurre cuando se oxida, pero si esto ocurre, es porque no es una fórmula estable. Actualmente, las firmas trabajan con formas auto estables de vitamina C que pueden estar abiertas durante meses sin oxidarse.
En este sentido es que suele afirmarse que la vitamina C está contraindicada en personas con rosácea. “Es mito a medias porque si el producto está en concentraciones altas puede llegar a irritar la piel, pero como estimula la síntesis de colágeno, que se encuentra en los capilares que se encuentran alterados por la rosácea, la vitamina C en realidad refuerza esas venitas mejorando la capacidad de no ponerse colorada”, explicó Demarchi.
Asimismo, suele decirse que la vitamina C no se puede usar con retinol, y que tampoco se debe aplicar con Alfahidroxiácidos (AHA) y Betahidroxiácidos (BHAs).
Al respecto, Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza, señaló que “siempre y cuando se trabaje con formas estables de vitamina C y A (retinol), no debe haber problemas. Sólo en sus inicios no eran combinables, porque la vitamina C en su forma pura podía hacer una exfoliación. Como el retinol hace también una función similar, se hablaba de que podía sobre exfoliarse el tejido. Esto ya no ocurre y de hecho uno de los mejores combos es el de la vitamina C con el retinol. Juntos, trabajan en sinergia para renovar la piel, mejorar la pigmentación, sintetizar colágeno y elastina, reducir los poros, etc.”.
En tanto sobre su combinación con AHA y BHAs, Demarchi resaltó que “quien afirma esto es aludiendo a que la vitamina C exfolia, pero las formas estables actuales no exfolian. No hay problema en combinarla con alfa o betahidroxiácidos. De hecho, puede que la vitamina C los apoye ayudando a mejorar la hidratación, síntesis de colágeno, hiperpigmentación, etc”.
Finalmente, acerca de la capacidad de este compuesto para manchar la piel, la dermatóloga explicó:
Cuando se trabaja con vitaminas C muy poco estables (ácido ascórbico puro), éstas podrían producir sensibilidad cutánea y, al exponer la piel al sol, producir hiperpigmentación. Pero esto no ocurre con las formas estables de vitamina C que se utilizan con frecuencia
Y concluyó con el consejo por excelencia que a su entender es clave para el cuidado de la piel: “Siempre lo que mancha es el sol, no los productos, por eso es tan importante aplicar protector solar a diario aunque no salgamos de casa”.
Así las cosas, la vitamina C, está considerado como uno de los más potentes agentes antioxidantes del organismo. Es una vitamina esencial que debe aportarse al organismo y cuyas propiedades dermatológicas son múltiples.