Vivir solo brinda autonomía y privacidad, pero una reciente investigación destaca un riesgo de mortalidad asociado. El estudio, basado en 458,146 participantes del Biobanco del Reino Unido, revela que la falta de interacciones sociales y vivir solo impacta negativamente en la salud a lo largo del tiempo, especialmente en enfermedades cardiovasculares. Las personas que reciben visitas menos de una vez al mes enfrentan un riesgo aumentado de fallecer por diversas causas, según los hallazgos. La investigación subraya la complejidad de las interacciones sociales como factores determinantes de la salud y destaca la necesidad de abordar el aislamiento, especialmente entre aquellos que viven solos.
Un informe global destaca que adultos mayores experimentan tasas más bajas de soledad, mientras adultos jóvenes enfrentan niveles más altos. Además, investigaciones vinculan la soledad con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el Parkinson, destacando las múltiples dimensiones del impacto de la soledad en la salud.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) sugieren estrategias para combatir la soledad, incluyendo mantener conexiones sociales, realizar ejercicio para reducir el estrés y utilizar medios tecnológicos para estar en contacto con seres queridos. Involucrarse en acciones solidarias se destaca como un remedio contra la soledad y la sensación de desapego, contribuyendo al bienestar emocional y físico.