El rector de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Fernando Tauber, está finalizando su segundo mandato a cargo de esa institución y se prepara solo para "cambiar de despacho", porque en las elecciones del año próximo pasará a ser vice de una fórmula ya resuelta en una lista de consenso encabezada por Martín López Armengol. Hombre del radicalismo, se define reformista pero reconoce buen vínculo con el peronismo a nivel nacional y provincial.
p>Tauber llegó a la UNLP en 1974, pasó sus años como estudiante de arquitectura durante la dictadura militar, perdió a muchos amigos que llegaron con él desde San Pedro y empezó con la docencia en el 84, a la par de la normalización universitaria. Forma parte de un armado que conduce la universidad articulando roles y cargos con el peronismo, pero donde se impone la tradición reformista, que explica de esta manera: "Tenemos una conciencia de universidad autónoma enfocada en que tanto la educación como la investigación y la extensión universitarias articuladas generan oportunidades, producen una sociedad con justica social, mayor progreso individual y colectivo".
En la entrevista que le dio Letra P en su despacho, dice que su "vida de gestión es un proceso largo". Ese camino lo llevó a desempeñar el cargo de rector, por primera vez, entre 2010 y 2014, pero también a ejercer desde 1996, siempre en la UNLP, como Secretario General y de Extensión Universitaria y Director de Asuntos Municipales.
El hombre que conduce hoy la institución por la que pasan 210.000 estudiantes, 14.000 docentes y 3600 no docentes trabaja en un despacho señorial ubicado en el primer piso del edificio de la Avenida 7 del centro de La Plata, pero ese marco no impone distancia sino la impronta de una gestión de puertas abiertas, ya que en las oficinas que marcan el camino de llegada a su escritorio hay estudiantes que lo esperan para reunirse durante su jornada.
El proceso eleccionario comenzará en los claustros en marzo. En abril asumirán los decanos y se fijará la fecha de la asamblea universitaria, que será la que vote al único candidato para el rectorado, que ya cuenta con el apoyo de Tauber, que termina su mandato el 31 de mayo.
-¿Se viene un modelo híbrido de universidad con clases presenciales pero también virtuales?
-Una cosa no contradice a la otra. La universidad es presencial porque es parte de un proceso formativo que construye un profesional pero también construye un ciudadano. Si tenemos un profesional de palier que, en la abstracción de su propio conocimiento, va a buscar en la vida solo el éxito profesional, sin entender que está viviendo en una sociedad donde el 95% no llega a la universidad pública y eso no está en su conciencia, estamos produciendo un modelo regresivo para un país que no va tener recursos humanos formados con conciencia de la importancia de construir una patria, un país soberano. Esa figura no se construye de la nada. La esencia de la universidad es la presencialidad, pero no hay un fundamentalismo de la presencialidad como condición excluyente porque eso sería ser enemigo del momento que vivimos. La virtualidad es una herramienta de la presencialidad.
-Hay cuestionamientos sobre la lentitud del regreso a la presencialidad en las universidades. ¿Cuál es su lectura?
-Las universidades no están cerradas. Tenemos un 40% de estudiantes que son del interior. Cambiarles las reglas a un mes de que termine la cursada no solo es una arbitrariedad, también es una maldad. Son readecuaciones del sistema formativo. La mayoría de nuestro estudiantado opta por la condición virtual para terminar el año porque formateó su vida de acuerdo a las condiciones que le imponía la pandemia. Las universidades no se resisten a la presencialidad, están manejando los tiempos del proceso. La universidad no dejó de crecer en pandemia. Tenemos 20.000 estudiantes más que en 2020.
-Como reformista, ¿qué opina del desempeño de rectores de ese bloque del CIN, como Albor Cantard, Danya Tavela o Pablo Domenichini en la Secretaría de Políticas Universitarias?
-Voy a parafrasear a Perón: reformistas somos todos. El reformismo es un movimiento nacional y popular que defendemos todas las universidades públicas. No hay modelo de universidad que no sea reformista. Después, hay buenos y malos funcionarios. Las gestiones de Tavela y Domenichini fueron muy buenas en un gobierno que tuvo muy mala relación con las universidades y el sistema científico. Los dos vienen del radicalismo, que tiene otra versión sobre la universidad púbica, distinta a la que tuvo el gobierno de Cambiemos, que maltrató a la ciencia y minimizó el rol de la educación pública. Con lo cual, vale el respeto por los que sostuvieron banderas del reformismo y la defensa de educación pública. Menos mal que las sostuvieron, porque hubiera sido imposible la relación de las universidades con el Ejecutivo. (Jaime) Perczyk, en este gobierno, representa esos valores que defendemos. Un exrector como ministro de Educación fortalece al sistema público universitario.
-¿Cómo es la convivencia con el peronismo en la UNLP?
-Muy buena. La mitad de nuestros funcionarios son peronistas, desde La Cámpora al peronismo provincial. Custodiar la despartidización de nuestra institución no significa dejar afuera a los partidos, sino convivir en un proyecto común: el compromiso con la gestión. Todos estamos construyendo en la misma dirección. De hecho, me animo a decir que no hay derecha en la UNLP.
-¿No hay ninguna agrupación que se referencie en el PRO?
-No. En la UNLP la izquierda tiene agrupaciones muy inteligentes y maduras que entienden el momento del país y que desde adentro se puede construir muchísimo para la universidad. El peronismo ha tenido a la justicia social como una condición y nos sentimos cómodos con esa definición. Y las agrupaciones radicales en La Plata, como la Franja Morada, van en la misma dirección. Son muy universitarias, más que partidarias. Coincidir en defender el valor público de la universidad es una definición que moldea nuestras decisiones.
-Néstor y Cristina Kirchner son referencias fuertes de la UNLP. Se formaron acá y dieron cuenta muchas veces de ese recorrido en su formación como militantes.
-Sí, el salón del Consejo Superior se llama Néstor Kirchner y los dos tienen títulos honoris causa. Son los dos únicos presidentes del período democrático que representan a la UNLP. Esa formación la llevaron a sus visiones de la educación pública. El gobierno de Alberto Fernández también tiene un correlato a la hora de entender que la universidad es una herramienta estratégica para la construcción de políticas soberanas. Estamos hombro con hombro con el peronismo. La universidad no es un territorio de disputa partidaria, sino de construcción de instituciones que le tienen que servir al país.
-¿Cómo se prepara para las elecciones?
-Voy a ser vicepresidente. Es solo un cambio de despacho. Seguimos construyendo el mismo proyecto. Hay un solo candidato respaldado por todo el sistema universitario: Martin López Armengol, el actual vicepresidente académico. Es un integrante de nuestro equipo. Fuentes: lamovidaplatense.com y 0221.com.ar