En la provincia de Buenos Aires, Unión por la Patria se estructura en tres sectores claramente diferenciados: el primero incluye a La Cámpora y al grupo liderado por Martín Insaurralde, el segundo es el Frente Renovador, y el tercero está compuesto por aquellos que gravitan alrededor de Axel Kicillof, conformando lo que se empieza a conocer como el "axelismo".
A diferencia de movimientos políticos previos que surgieron desde cero, el apoyo a Kicillof proviene de una amalgama de sectores que ven en él un líder potencial. Inicialmente sin un aparato peronista propio, Kicillof ahora recibe el respaldo de muchos dentro del peronismo que carecían de un candidato claro. Este apoyo mutuo se materializó en una reunión el 30 de mayo en La Plata, donde Kicillof convocó a una quincena de intendentes del interior en la Residencia oficial, acompañado por ministros y la vicegobernadora Verónica Magario.
Pocos detalles trascendieron de ese encuentro, pero según reconstrucciones, los intendentes salieron satisfechos, y el apoyo a Kicillof aumentó notablemente. Carlos Bianco había adelantado en mayo la intención de Kicillof de volcarse a la construcción política, y esta reunión consolidó esa estrategia, generando expectativas entre quienes no se sienten representados ni por La Cámpora ni por el Frente Renovador.
Un dirigente cercano a Kicillof afirmó que "el Gobernador ya decidió hacer política de otra manera", destacando la apertura del espacio a nuevas propuestas y actores. Este enfoque inclusivo busca consolidar una base amplia de apoyo de cara a las elecciones de 2027.
Varios actores clave como Cristina Alvarez Rodríguez, Andrés Larroque, y Gabriel Katopodis están fortaleciendo este nuevo movimiento. Katopodis, en particular, ha intensificado su presencia en diversos municipios, mientras que Jorge Ferraresi, Mario Secco y Fabián Cagliardi también se alinean con Kicillof.
El respaldo también proviene de gremios y movimientos sociales. La CGT y las dos CTA tienen una relación consolidada con Kicillof, con figuras destacadas como Pablo Moyano, Sergio Palazzo y Abel Furlán, además de Hugo Yasky y Roberto Baradel. Somos Barrios de Pie es uno de los movimientos piqueteros más firmes en su apoyo.
La unidad interna es un desafío constante. Las tensiones entre Máximo Kirchner y Sergio Massa, líderes de La Cámpora y el Frente Renovador respectivamente, siguen presentes. La interna peronista se ha evidenciado en incidentes recientes como la denuncia contra Fernando Moreira y la aparición de una bala en el edificio de Mayra Mendoza.
Kicillof está decidido a tomar un rol más activo, enfrentando estos desafíos con una estrategia que busca unificar y fortalecer su base. El apoyo de intendentes del conurbano bonaerense es crucial, con muchos de ellos manteniendo un equilibrio entre Kicillof y Kirchner para no generar fricciones innecesarias.
En el interior bonaerense, figuras como Jorge Ferraresi, Mario Secco, y otros jefes comunales están alineados con Kicillof, mientras que sectores del Frente Renovador y La Cámpora también mantienen su presencia. La dinámica política y de gestión en estas regiones requiere habilidades finas para manejar las diferencias y mantener la unidad del espacio.
En las diversas secciones electorales de Buenos Aires, el peronismo muestra una diversidad de alineaciones. Intendentes como Sergio Barenghi, Germán Lago, y Carlos Ferraris se inclinan hacia Kicillof, mientras que otros permanecen leales a La Cámpora o al Frente Renovador.
La capital bonaerense, La Plata, es un ejemplo de esta complejidad. Julio Alak, cercano a Kicillof, ha logrado contener a diversos sectores peronistas, mientras que figuras como Victoria Tolosa Paz y Florencia Saintout representan otros intereses dentro del movimiento.
Con vistas a las elecciones legislativas de 2025 y las generales de 2027, la unidad y coordinación serán claves para enfrentar los desafíos internos y externos. La figura de Kicillof emerge como un punto de confluencia para muchos sectores que buscan consolidar su influencia en la política bonaerense.
Fuente: latecla.info