Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR), creadas por Fidel Castro tras el triunfo de la Revolución en 1959, son un componente esencial del poder en la isla. Con sus diversos ejércitos y una estructura compleja, las FAR representan una fuerza influyente en todos los ámbitos del país.
Constituidas por cuatro ejércitos, cada uno con su propia área de influencia y comandantes, las FAR reflejan una diversidad de intereses y poderes dentro del aparato militar cubano. Desde el Ejército Central hasta el Juvenil del Trabajo, cada uno desempeña un papel específico en la organización y funcionamiento de las fuerzas armadas.
Sin embargo, esta diversidad también plantea desafíos en términos de unidad y cohesión interna, especialmente en un contexto de posibles transiciones políticas. El análisis de Brian Latell destaca varias fisuras dentro de las FAR, incluyendo tensiones generacionales, rivalidades entre generales y un deterioro de la conducta profesional, entre otros.
En medio de las recientes protestas en Cuba y la incertidumbre sobre el futuro del país, la pregunta sobre la unidad de las FAR cobra mayor relevancia. Si bien estas fuerzas han sido históricamente leales al régimen, la posibilidad de una transición política plantea desafíos significativos para su cohesión interna.
Además, la supeditación del ejército al control civil en un posible sistema democrático y la internacionalización de las FAR también emergen como temas clave en cualquier proceso de cambio político en Cuba.
En resumen, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba representan una fuerza poderosa y compleja en el panorama político del país. Su papel en cualquier transición política futura será crucial y podría definir en gran medida el rumbo de Cuba en los próximos años.
Fuente: infobae.com