El abogado entrerriano Francisco Barroetaveña, de 33 años, encendió la chispa de la rebelión el 20 de agosto de 1889, cuando publicó una columna en el diario de su amigo Bartolomé Mitre. En ella, instaba a la juventud a levantarse contra los abusos y la corrupción del gobierno. En ese entonces, Argentina estaba bajo el mandato del cordobés Miguel Juárez Celman, enfrentando una imparable crisis económica y con el Partido Autonomista Nacional, liderado por el general Julio A. Roca, en necesidad de tomar medidas.
La respuesta no se hizo esperar. El 1 de septiembre de 1889, un acto multitudinario en el Jardín Florida formalizó la creación de la Unión Cívica de la Juventud, reuniendo a la oposición contra el oficialismo. Entre sus miembros honorarios se encontraban figuras prominentes como Leandro N. Alem, Aristóbulo del Valle, Bartolomé Mitre, Bernardo de Irigoyen, Pedro Goyena y Vicente Fidel López.
El 13 de abril de 1890, esta agrupación se reunió en el Frontón Buenos Aires y fundó la Unión Cívica, nombrando a Leandro N. Alem como su presidente.
Leandro N. Alem, nacido en Buenos Aires el 11 de marzo de 1842, tuvo una infancia marcada por la tragedia. Su padre, Leandro Antonio Alén, fue ejecutado por su pertenencia a la mazorca rosista cuando Alem tenía solo 11 años. Este evento lo llevó a cambiar su apellido, sustituyendo la "n" por una "m". Alem luchó en varias batallas, incluyendo la guerra contra Paraguay, y se unió al Partido Autonomista de Adolfo Alsina, graduándose de abogado en 1869.
Después de varios años alejado de la política, Alem fundó el Partido Republicano y se opuso a la federalización de Buenos Aires. En la Unión Cívica, se distinguían dos tendencias: una liderada por Bartolomé Mitre y otra por Bernardo de Irigoyen, ambas preparándose para las elecciones presidenciales de 1892.
La Revolución del Parque del 26 de julio de 1890 derribó al gobierno, pero la habilidad política de Roca permitió que el Partido Autonomista Nacional continuara bajo el vicepresidente Carlos Pellegrini. Para Alem, la lección era clara: se necesitaba un partido que defendiera los derechos del pueblo.
Mitre, en desacuerdo con los métodos de la Unión Cívica, se distanció y viajó a Europa. Durante su ausencia, estalló la Revolución del Parque. Al regresar, Mitre propuso una fórmula de unidad con José Evaristo Uriburu, reemplazando a Irigoyen.
La Unión Cívica Radical, liderada por Alem y su sobrino Hipólito Yrigoyen, se opuso al acuerdo entre Mitre y Roca, formando una nueva agrupación. Las tensiones internas llevaron a la creación de la Unión Cívica Nacional y la Unión Cívica Radical en 1891.
En las elecciones de 1892, el binomio Luis Sáenz Peña y Uriburu, propuesto por Roca, ganó sin oposición significativa debido a la represión del gobierno. Alem, desilusionado y en conflicto con Yrigoyen, se suicidó en 1896, dejando un legado de lucha por los derechos del pueblo.
Fuente: infobae.com