Caminar y correr son dos de las actividades físicas más populares del mundo. Ambos tienen beneficios para la salud, pero también tienen algunas diferencias clave.
En términos de salud general, caminar es una excelente opción. Es de bajo impacto, lo que significa que es menos probable que cause lesiones. También es una buena manera de quemar calorías y perder peso.
Sin embargo, correr puede ofrecer algunos beneficios adicionales. Es más eficiente que caminar, por lo que quema más calorías por minuto. También puede ayudar a mejorar la condición física y la resistencia.
Si estás pensando en empezar a correr, es importante hacerlo de forma gradual para evitar lesiones. Empieza caminando a paso ligero durante 30 minutos al día, tres o cuatro veces por semana. A medida que vayas ganando condición física, puedes empezar a aumentar la velocidad o la distancia.
También puedes probar a hacer intervalos de carrera y caminata. Comienza con un calentamiento de cinco minutos caminando a paso ligero. A continuación, alterna un minuto de trote con tres minutos de caminata. Repite de tres a cinco veces.
La mejor opción para ti depende de tus objetivos y de tu nivel de condición física. Si estás empezando, caminar es una buena opción. Si quieres mejorar tu condición física o perder peso, correr puede ser una mejor opción.
