A pesar de la sanción del DNU 70/2023, que prometía una revolución en los trámites de transferencia de vehículos en Argentina, la realidad es muy distinta. Ocho meses después de su publicación, los usuarios siguen enfrentándose a un proceso burocrático complejo y costoso, con múltiples trámites presenciales y una gran cantidad de documentación requerida.
El decreto presidencial buscaba simplificar los trámites y reducir los costos asociados a la transferencia de vehículos, implementando un sistema digital único y abierto. Sin embargo, hasta el momento, los cambios han sido mínimos y los usuarios siguen debiendo realizar numerosos trámites presenciales, como la verificación policial y la presentación de documentación en los registros automotor.
Los costos asociados a la transferencia de un vehículo siguen siendo elevados, representando un porcentaje significativo del valor del vehículo. Además, la cantidad de documentación requerida es extensa y el proceso es lento y burocrático. A pesar de la eliminación de algunos trámites, como el formulario CETA, la transferencia de un vehículo sigue siendo una tarea compleja y frustrante para los usuarios.
La cantidad de registros automotores no se ha reducido, como se había prometido, y los usuarios siguen debiendo acudir a oficinas presenciales para realizar diversos trámites. La falta de implementación efectiva del DNU 70/2023 ha generado descontento entre los ciudadanos, quienes esperaban una mayor agilidad y simplificación en los procesos.
Si bien el gobierno ha anunciado que se están trabajando en nuevas soluciones para agilizar los trámites de transferencia de vehículos, hasta el momento no se han concretado avances significativos. Los usuarios siguen a la espera de una verdadera transformación en el sistema registral automotor.