El Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, B’Tselem, publicó a comienzos de este mes un estremecedor documento sobre las torturas y el maltrato que sufren los prisioneros palestinos en cárceles israelíes, especialmente desde el 7 de octubre de 2023, fecha en la que Hamas y otras organizaciones de resistencia llevaron a cabo un ataque en suelo israelí.
El informe, titulado “Bienvenidos al infierno” (Welcome to hell), recopila los testimonios de 55 detenidos palestinos, originarios de Cisjordania, Jerusalén Este, Gaza e incluso de Israel, quienes narran experiencias de abuso físico, psicológico y sexual en distintos centros de detención. Estos relatos ponen de manifiesto un sistema penitenciario que, según B’Tselem, se ha convertido en una red de tortura autorizada, especialmente tras la escalada de violencia en octubre.
El documento señala directamente a las autoridades penitenciarias y al gobierno israelí, en particular al ministro de seguridad nacional, Ben Gvir, y al primer ministro Benjamin Netanyahu, como responsables políticos de estos abusos. Entre las prácticas denunciadas figuran golpizas con bastones de metal, el uso de tasers, ataques con perros, amenazas de muerte, desnudamientos forzados, sodomización, privación del sueño, la comida, el agua y la luz solar, además de negación de tratamiento médico, lo que en algunos casos ha derivado en amputaciones, como en el caso de Sufian Abu Saleh, un prisionero gazatí de 43 años.
El informe también destaca las condiciones inhumanas de detención, con hasta 14 prisioneros en celdas diseñadas para seis personas, la falta de acceso a abogados y las violentas redadas sin motivo, cuyo único objetivo parece ser castigar y humillar a los detenidos.
B’Tselem, fundada en 1989 por académicos, abogados y periodistas israelíes, es una organización que no simpatiza con la resistencia palestina, e incluso condena en su informe el ataque de Hamas de octubre de 2023. No obstante, el documento subraya que el sistema de detención masiva y sistemática de palestinos busca afianzar un régimen de segregación, donde casi todas las familias palestinas han tenido algún miembro detenido.
Desde el 7 de octubre de 2023, el Estado israelí ha matado a casi 40 mil palestinos, y el bloqueo de la Franja de Gaza ha dejado a la región sin agua, comida, medicinas ni combustibles. En este contexto, el gobierno israelí ha amenazado con invadir el Líbano, con ministros que han sugerido “devolver al país a la Edad de Piedra”.
La brutalidad que revela el informe de B’Tselem destaca la necesidad urgente de seguir denunciando y luchando contra el genocidio en curso y por una Palestina libre.