La fórmula de Greene y sus limitaciones a la hora de ahorrar
En medio de la inestabilidad económica y la inflación persistente, ahorrar para el retiro puede parecer un objetivo inalcanzable. Sin embargo, la fórmula de Greene ofrece una guía para quienes buscan construir un colchón financiero para su jubilación, aunque plantea desafíos particulares en el contexto argentino.
La fórmula de ahorro popularizada por la economista Kimmie Greene sugiere acumular una cantidad equivalente al salario bruto anual a los 30 años, el doble a los 35, y así sucesivamente, hasta tener cinco veces el salario bruto anual a los 50. La lógica detrás de Esta meta es sencilla: ahorrar una porción de los ingresos para reducir la dependencia financiera en la vejez.
Si bien la fórmula apunta a ser un estándar aplicable a cualquier economía, no toma en cuenta la realidad inflacionaria ni los sueldos variables que se experimentan en países como Argentina. Aunque el consejo de ahorrar desde una edad temprana es valioso, adaptarlo a nuestras circunstancias es esencial para no frustrarnos en el intento.
En un contexto donde los salarios no suelen seguir el ritmo de la inflación, ahorrar un 25% del ingreso puede parecer un lujo. Sin embargo, aplicar algunos de los consejos derivados de esta fórmula puede marcar una diferencia:
Automatizar el ahorro : Crea una rutina de ahorro, aunque sea con montos pequeños, es un buen comienzo. Programar transferencias automáticas a una cuenta de ahorro evita que gastemos impulsivamente.
Invertir de forma inteligente : En lugar de mantener el dinero en efectivo, invertir en activos que puedan contrarrestar la inflación, como fondos comunes de inversión, puede ser clave para que el dinero ahorrado no pierda tanto valor con el tiempo.
Ingresos adicionales : Con la economía en constante cambio, buscar fuentes de ingresos extra, como trabajos freelance, puede ayudar a que el ahorro no dependa exclusivamente del sueldo principal.
Reducir gastos innecesarios : Ajustar gastos fijos y prescindir de servicios poco esenciales puede permitirnos liberar un pequeño margen de ahorro, lo que es especialmente útil en tiempos difíciles.
Aunque Greene plantea metas claras, el contexto argentino exige flexibilidad. Si bien ahorrar para el retiro puede parecer un objetivo ambicioso, la recomendación es ajustarse a un porcentaje menor si las circunstancias lo exigen. Es importante recordar que el ahorro, por pequeño que sea, es un paso hacia un futuro con mayor seguridad financiera.
En última instancia, lo fundamental es incorporar el hábito del ahorro y no desmotivarse si no se cumplen los porcentajes exactos de la fórmula. Adaptar esta metodología a la realidad personal permitirá que, aunque no se llegue a la meta ideal, se logre al menos una estabilidad mayor a largo plazo.