En los últimos tiempos, las postales de cielos pintados con tonalidades verdes y rojas se han multiplicado en diferentes partes del mundo, especialmente en las ciudades cercanas a los polos. Sin embargo, detrás del encanto de las auroras boreales se esconde una amenaza latente que podría afectar significativamente nuestras vidas.

Un estudio reciente de la Universidad de California en Irvine, publicado en 2021, ha advertido sobre la posibilidad de que ocurra una caída prolongada de Internet a gran escala debido a una tormenta solar. Con el Sol alcanzando el pico de su actividad en su ciclo de 11 años, las auroras boreales se han vuelto más frecuentes, pero también ha aumentado la preocupación por los efectos adversos que podría tener en nuestra infraestructura tecnológica.

Según Sangeetha Abdu Jyothi, profesora de informática en la Universidad de California en Irvine y autora del estudio, los heliofísicos estiman que existe entre un 1,6% y un 12% de probabilidad por década de que se produzca una tormenta solar a gran escala capaz de afectar la infraestructura terrestre. Aunque es difícil predecir cuándo ocurrirá exactamente este evento, sus consecuencias podrían ser devastadoras.

El tráfico de Internet, que depende en gran medida de cables de fibra óptica de larga distancia con repetidores cada ciertos kilómetros, es vulnerable durante estas tormentas. Los cables submarinos, especialmente, están en riesgo debido a las corrientes inducidas geomagnéticamente durante las tormentas solares de gran escala.

El estudio también recuerda episodios históricos como el Evento Carrington, la tormenta solar más intensa registrada, que causó estragos en estaciones de telégrafos en todo el mundo y resultó en auroras boreales visibles incluso en latitudes no polares.

Ante la posibilidad de una caída global de Internet, Abdu Jyothi estima que los costos económicos podrían ascender a unos 29 mil millones de dólares por día. Dado que la recuperación de una interrupción inducida por tormentas solares podría llevar semanas o meses, sectores críticos como la atención sanitaria y el transporte podrían verse gravemente afectados.

Expertos consultados también destacan que las regiones más cercanas al ecuador son menos vulnerables a estos eventos, mientras que países como Canadá, el norte de Estados Unidos, Rusia, Nueva Zelanda, los países escandinavos y el sur de Argentina estarían entre los más afectados en caso de una tormenta solar severa.

Las auroras boreales, aunque bellas, son el resultado de la interacción entre partículas solares y la atmósfera terrestre, y sirven como recordatorio del papel crucial que juega nuestro campo magnético en la protección contra la actividad solar variable. Sin embargo, también son indicativas de los riesgos asociados con las tormentas solares, que pueden generar desde interrupciones menores hasta problemas graves en infraestructuras críticas.