Cenar liviano y temprano: clave para cuidar tu salud

¿Alguna vez te preguntaste si cenar tarde o muy pesado puede estar afectando tu salud? Aunque parezca algo menor, el horario y el tipo de comida.

17-05-2025 - Por Primera Página

¿Alguna vez te preguntaste si cenar tarde o muy pesado puede estar afectando tu salud sin que te des cuenta? Aunque parezca algo menor, el horario y el tipo de comida que elegís a la noche podrían estar influyendo directamente en tu presión, el azúcar en sangre y hasta en tu descanso.

Según explicó la doctora Marta Garaulet, profesora de fisiología en la Universidad de Murcia, al New York Times, comer mucho a la noche está relacionado con mayor riesgo de obesidad, hipertensión y diabetes tipo 2. En cambio, quienes eligen cenar liviano y más temprano tienen menos problemas de salud metabólica.

Garaulet: Adelgazar comiendo sano es posible

¿El motivo? Nuestro cuerpo funciona mejor para digerir y procesar los alimentos en las primeras horas del día. A la mañana, órganos como el hígado y el páncreas están más activos. Pero a la noche, se vuelven más lentos, y eso hace que procesar grandes cantidades de comida sea más complicado, especialmente si tenés tendencia a la diabetes o la presión alta.

Además, desde el Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NIH) explicaron que si comés fuera de tu “reloj biológico” —por ejemplo, muy tarde—, eso puede alterar el metabolismo. Esto se debe a que cerca de la hora de dormir, la hormona melatonina sube, y eso baja la producción de insulina. ¿Resultado? Tu cuerpo no regula bien el azúcar después de cenar, lo que puede ser riesgoso a largo plazo.

Un estudio de la profesora Alexandra Johnstone, de la Universidad de Aberdeen, encontró que quienes desayunan más fuerte tienden a sentir menos hambre durante el día. Eso ayuda a no caer en picoteos nocturnos o cenas abundantes.

Por eso, si querés cuidar tu salud, la clave está en dos cosas: cenar temprano y cenar liviano. No hace falta pasar hambre: podés elegir verduras cocidas, una sopa liviana, huevo duro, o un yogur con semillas. Son opciones que te sacian sin sobrecargar tu sistema digestivo justo antes de dormir.

Para quienes viven con hipertensión o diabetes, esto no es solo una recomendación, sino una estrategia que puede marcar una diferencia en los análisis. Incluso, puede ayudarte a descansar mejor.

La doctora Nour Makarem, investigadora en la Universidad de Columbia, aconseja dejar pasar al menos dos horas entre la cena y el momento de irte a dormir. Y si te da hambre antes de acostarte, que elijas algo liviano y nutritivo: fruta, un puñado de frutos secos o alguna infusión sin azúcar.

En resumen, si querés prevenir enfermedades y sentirte mejor cada día, no se trata solo de qué comés, sino de cuándo lo hacés. La próxima vez que estés por servite una gran cena a las 10 de la noche, pensalo dos veces. Quizás, adelantar la comida y achicar la porción sea el cambio que tu cuerpo viene pidiendo hace rato.

 

¿Y vos, a qué hora vas a cenar hoy?