El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, explica que despertar a las 3 AM es un fenómeno habitual y puede deberse a un pico de cortisol, la hormona del estrés, que se produce en ese horario.
Por su parte, el doctor Roberto de Arbelaiz, del servicio de Neurología del Hospital Alemán, señala que un estilo de vida agitado, con horarios laborales irregulares, responsabilidades familiares o factores ambientales como ruido o temperatura inadecuada, también pueden alterar el sueño y provocar despertares nocturnos.
La doctora Stella Maris Valiensi, del Hospital Italiano, agrega que el estrés crónico produce cambios hormonales y en los neurotransmisores que afectan el sueño, dificultando conciliarlo o manteniéndolo.
Si bien despertarse unos minutos antes de la alarma no es preocupante, los expertos advierten que despertares de una o dos horas antes del horario habitual pueden dificultar volver a dormir y reducir la calidad del descanso.
La nota también menciona diversas recomendaciones para prevenir los despertares nocturnos y mantener una higiene del sueño adecuada, incluyendo:
Muchas personas sufren de despertares nocturnos, especialmente a las 3 o 4 de la mañana. Esto puede deberse a diversos factores, como el estrés, la apnea del sueño, el reflujo gastroesofágico, problemas de estado de ánimo o consumo de sustancias como alcohol o cafeína.
El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, explica que despertar a las 3 AM es un fenómeno habitual y puede deberse a un pico de cortisol, la hormona del estrés, que se produce en ese horario.
Por su parte, el doctor Roberto de Arbelaiz, del servicio de Neurología del Hospital Alemán, señala que un estilo de vida agitado, con horarios laborales irregulares, responsabilidades familiares o factores ambientales como ruido o temperatura inadecuada, también pueden alterar el sueño y provocar despertares nocturnos.
La doctora Stella Maris Valiensi, del Hospital Italiano, agrega que el estrés crónico produce cambios hormonales y en los neurotransmisores que afectan el sueño, dificultando conciliarlo o manteniéndolo.
Si bien despertarse unos minutos antes de la alarma no es preocupante, los expertos advierten que despertares de una o dos horas antes del horario habitual pueden dificultar volver a dormir y reducir la calidad del descanso.