Después de 148 días de paro, la protesta de los guionistas llega a su fin este miércoles gracias a un acuerdo tentativo alcanzado entre el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) y los estudios de Hollywood.

Las juntas directivas del Sindicato de guionistas de la costa Oeste y Este votaron por unanimidad para poner fin a la huelga, y ahora el convenio será sometido a un voto de ratificación del 2 al 9 de octubre.

El acuerdo incluye mejoras significativas en áreas clave, como los pagos residuales por el 'streaming' y las protecciones contra el uso de la inteligencia artificial. Según el sindicato, se ha acordado que la inteligencia artificial (IA) no puede escribir o reescribir material literario, y que el material generado por la IA no será considerado como material original. Además, se asegura que los guionistas podrán utilizar la IA si la empresa lo permite, pero no podrán ser obligados a hacerlo.

El gremio también logró negociar un "residual basado en la audiencia" que calculará las visualizaciones según las horas de "streaming" nacional divididas por la duración. Las series y películas producidas para servicios de video bajo demanda de alto presupuesto que sean vistas por el 20 % o más de los suscriptores nacionales del servicio en los primeros 90 días de su estreno obtendrán una bonificación del 50 % del residual fijo nacional y extranjero.

Además, las compensaciones por "streaming" en el extranjero se basarán en el número de suscriptores extranjeros de servicios disponibles en todo el mundo. También se acordó que las compañías proporcionarán al gremio el total de horas emitidas en plataformas de transmisión tanto a nivel nacional como internacional.

Este levantamiento de la huelga permite a los guionistas regresar al trabajo durante el proceso de ratificación, pero en caso de que los miembros rechacen el acuerdo, la protesta podría reanudarse.

Este desarrollo marca un rayo de esperanza para el Sindicato de Actores, que ha estado en paro desde el 14 de julio y que hasta ahora no ha mantenido reuniones con los estudios, lo que ha paralizado en gran medida la producción en Hollywood.