La muerte súbita, un evento que sorprende y aterra, sigue siendo una de las principales causas de fallecimiento en nuestro país. Cada año, cerca de 40.000 personas pierden la vida de manera inesperada, a menudo sin síntomas previos. Para concientizar sobre esta problemática y promover acciones preventivas, se celebra la Semana de Concientización y Prevención de la Muerte Súbita.
¿Qué es la muerte súbita? Se trata del fallecimiento repentino, generalmente dentro de las 24 horas de la aparición de síntomas como dolor de pecho o dificultad para respirar. Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es más frecuente en aquellos con factores de riesgo como diabetes, hipertensión, obesidad y tabaquismo.
"La muerte súbita es un enemigo silencioso que puede atacar en cualquier momento", afirma el cardiólogo Fernando Scazzuso. "A pesar de los avances en medicina, la incidencia sigue siendo alta, por lo que la prevención es clave".
Las enfermedades cardíacas, especialmente el infarto agudo de miocardio, son la principal causa de muerte súbita. Sin embargo, factores genéticos también pueden jugar un papel importante, especialmente en personas jóvenes.
Para prevenir este evento, los expertos recomiendan:
La reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibriladores externos automáticos (DEA) son fundamentales para aumentar las chances de supervivencia en caso de un paro cardíaco. La Ley de Muerte Súbita establece la obligatoriedad de contar con DEA en lugares públicos de alta concurrencia.
"La RCP y los DEA son herramientas vitales para salvar vidas", afirma el cardiólogo Ignacio Mondragón. "Si alguien colapsa, es fundamental actuar rápidamente y comenzar las maniobras de RCP mientras se solicita ayuda médica".
La muerte súbita es un problema de salud pública que requiere una respuesta integral. Es fundamental que tanto las instituciones como la sociedad en su conjunto trabajen en conjunto para promover la prevención, la educación y el acceso a los servicios de salud.
"La prevención de la muerte súbita es responsabilidad de todos", concluye Scazzuso. "Adoptar hábitos de vida saludables, realizar controles médicos regulares y conocer las maniobras de RCP son acciones sencillas que pueden salvar vidas".