El día que The Washington Post hizo temblar a EE.UU.

¿Puede una nota en un diario cambiar la historia de un país? En 1973, todo empezó con un robo raro en una oficina y dos periodistas que se animaron a ir más allá

16-05-2025 - Por Primera Página

¿Puede una nota en un diario cambiar la historia de un país? En 1973, la respuesta fue sí. Y todo empezó con un robo raro en una oficina y dos periodistas que se animaron a ir más allá. Esta es la historia real detrás del escándalo que marcó a Estados Unidos y al periodismo: el caso Watergate, el diario The Washington Post y el Premio Pulitzer que selló una batalla.

Un robo común en un edificio de oficinas en Washington podría haber pasado desapercibido. Pero el 17 de junio de 1972, cinco hombres fueron arrestados con cámaras, micrófonos y miles de dólares encima. Habían entrado a las oficinas del Partido Demócrata, en el edificio Watergate. Algo no cerraba.

Watergate, un escándalo de Pulitzer

Ahí entran en escena dos periodistas que no eran conocidos: Bob Woodward y Carl Bernstein. Laburaban en The Washington Post, y tenían ese olfato que no se enseña. Empezaron a tirar del hilo y lo que descubrieron fue una red de espionaje político, pagos ilegales y mentiras desde la mismísima Casa Blanca.

Nadie les creyó al principio. Incluso dentro del diario había dudas. Pero ellos insistieron. Día tras día, publicaban nuevas pruebas. Hasta que quedó claro que la trama llegaba al propio presidente de Estados Unidos, Richard Nixon.

Mientras tanto, el poder apretaba fuerte. Les tiraban con comunicados, los acusaban de inventar. Pero tuvieron un respaldo clave: la editora del Post, la valiente Katharine Graham. Gracias a ella, la investigación siguió.

El impacto fue tan grande que Nixon terminó renunciando. El periodismo le había ganado al poder. Y en 1973, The Washington Post recibió el Premio Pulitzer por su cobertura del escándalo Watergate. Fue mucho más que un galardón: fue el reconocimiento al valor de decir la verdad, aunque duela.

Ese Pulitzer marcó un antes y un después. No sólo para Estados Unidos, sino para todo el mundo. Desde entonces, el rol del periodismo cambió. Los diarios dejaron de limitarse a contar noticias y empezaron a investigar de verdad. En América Latina, el ejemplo de Woodward y Bernstein inspiró a generaciones enteras.

Hoy, más de 50 años después, Bob Woodward sigue escribiendo en The Washington Post. Carl Bernstein, aunque más retirado, también continúa vinculado al periodismo. Ambos se convirtieron en leyendas, pero no por fama, sino por su trabajo.

¿La clave de todo? Seguir el dinero, como les dijo su fuente secreta, "Garganta Profunda". Y no bajar los brazos.

 

Porque a veces, un par de periodistas con una libreta pueden más que todo un gobierno.