¿Por qué tememos la felicidad? Un estudio revela la conexión con metas y sueños

Un estudio de la Asociación Americana de Psicología descubre que el miedo a la felicidad puede sabotear nuestros objetivos. Expertos explican por qué y cómo superarlo.

10-09-2024 - Por Primera Página

¿Alguna vez has sentido miedo de ser feliz? Un reciente estudio de la Asociación Americana de Psicología sugiere que este sentimiento puede ser más común de lo que creemos. La investigación, realizada con más de 1.800 participantes, revela que la constante búsqueda de la felicidad puede, irónicamente, alejarnos de ella.

Según los resultados del estudio, las personas que se preocupan excesivamente por su nivel de felicidad tienden a compararse constantemente con los demás. Este miedo a no estar a la altura o a no ser tan felices como quienes les rodean genera un ciclo de insatisfacción que dificulta alcanzar el bienestar.

Querofobia ¿por qué tienes miedo a ser feliz?


La felicidad como un viaje, no un destino


Expertos consultados por Infobae coinciden en que la felicidad no es un estado permanente, sino un camino. La presión social por ser feliz todo el tiempo puede generar frustración y ansiedad. Es importante aceptar las emociones, tanto positivas como negativas, y valorar los pequeños logros.

El miedo a la felicidad a menudo se manifiesta en forma de autoboicot. Este comportamiento, según los especialistas, se debe a diversos factores como la baja autoestima, el miedo al éxito y creencias limitantes. Al sabotearnos a nosotros mismos, evitamos alcanzar nuestras metas y experimentar la verdadera felicidad.

Deja de tratar de ser feliz! No estamos diseñados para serlo - BBC News  Mundo


¿Cómo superar el miedo a la felicidad?


Para superar el miedo a la felicidad, es fundamental trabajar en nuestra autoestima y creencias limitantes. La terapia puede ser una herramienta valiosa para identificar y modificar estos patrones de pensamiento. Además, es importante establecer metas realistas y celebrar los pequeños logros.

 

Recordar: la felicidad no es un destino, sino un viaje. Al aceptar nuestras emociones y aprender a disfrutar del presente, podemos vivir una vida más plena y satisfactoria.