En un intento por mejorar la calidad educativa y el bienestar de los estudiantes, la Ciudad de Buenos Aires ha implementado una nueva normativa que restringe el uso de teléfonos celulares en las escuelas. La medida, presentada por el jefe de Gobierno Jorge Macri, busca fomentar la concentración en clase, promover la interacción social y reducir los efectos negativos del uso excesivo de pantallas.
A partir de ahora, en las escuelas primarias y jardines de infantes, los estudiantes no podrán utilizar sus celulares durante las clases ni en los recreos. En el caso de las secundarias, los dispositivos deberán permanecer guardados, salvo en actividades pedagógicas planificadas.
Esta decisión, que afecta a más de 566.000 estudiantes, se basa en un consenso alcanzado con docentes, especialistas y organizaciones no gubernamentales. Según el gobierno porteño, el objetivo es crear un ambiente de aprendizaje más favorable y proteger la salud mental de los estudiantes.
Cada escuela deberá elaborar un protocolo específico para garantizar el cumplimiento de la resolución. Se prevé que se realicen talleres para padres y docentes a fin de informar sobre los beneficios de esta medida y brindar herramientas para su implementación.
La medida ha generado un amplio debate en la comunidad educativa y en la sociedad en general. Si bien muchos docentes y padres respaldan la iniciativa, otros expresan preocupación por la posible brecha digital y la necesidad de adaptar la educación a las nuevas tecnologías.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Argentina de Pediatría han advertido sobre los riesgos del uso excesivo de pantallas en niños y adolescentes. Diversos estudios científicos respaldan la idea de que limitar el tiempo de pantalla puede mejorar el rendimiento académico, la salud mental y las habilidades sociales.
La implementación de esta normativa presenta varios desafíos, como la necesidad de capacitar a docentes y padres, garantizar el cumplimiento de las reglas y adaptar los métodos de enseñanza a un entorno con menos dispositivos móviles.
La decisión de restringir el uso de celulares en las escuelas es un paso importante para crear un ambiente de aprendizaje más saludable y efectivo. Sin embargo, es fundamental que esta medida se acompañe de otras acciones, como la formación de docentes en el uso de nuevas tecnologías educativas y el desarrollo de programas que promuevan el uso responsable de los dispositivos móviles.