La felicidad es un objetivo vital para el desarrollo integral del ser humano, pero en Argentina, el camino hacia el bienestar parece lleno de obstáculos, según revela una nueva investigación.
El “Informe de la Felicidad en Argentina 2024”, realizado por el Observatorio de Tendencias Sociales, Educativas y Empresariales de la Universidad Siglo 21, muestra que los niveles de felicidad de los argentinos han disminuido en comparación con 2023. Este informe se basa en una encuesta realizada a hombres y mujeres de entre 18 y 65 años durante el primer trimestre del año, y examina cómo han evolucionado los niveles de felicidad y bienestar en Argentina en los últimos siete años.
¿Qué reveló el estudio? Solo el 36,6% de los argentinos está satisfecho con todos los aspectos de su vida, es decir, apenas 1 de cada 3 personas. Estos índices son los más bajos registrados en los últimos años, según los autores del informe. El doctor Luis Morera, director del Observatorio de Tendencias de Insight 21, el hub de conocimiento de Universidad Siglo 21, explicó a Infobae que “el bienestar subjetivo incluye la satisfacción con la vida y la felicidad. Para definir estos conceptos se consideran dos variables cruciales: la afectiva y la cognitiva”. Morera añade: “La variable afectiva se refiere a la experiencia de emociones positivas y negativas; y la cognitiva, a los juicios que uno realiza sobre su vida. Estas mediciones son contextuales y dependen de las expectativas y logros individuales”.
Simultáneamente, y con una relación clara entre sí, la misma institución presentó el “Informe de Burnout en Argentina 2024”, centrado en el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del rendimiento personal. Los resultados también fueron preocupantes. Este estudio analiza cómo el agotamiento profesional afecta la calidad de vida de los trabajadores argentinos, mostrando niveles de burnout entre los más altos de los últimos años. El Observatorio revela que 1 de cada 3 argentinos se siente tan cansado que no puede realizar otras actividades después del trabajo. “La evaluación de un contexto como desafiante o estresante depende de muchos factores, pero en términos generales se puede hablar de un modelo de demanda de recursos”, señala Morera.
La relación entre felicidad y burnout es estrecha. Morera menciona que la ciencia y la salud solían tratar enfermedades y trastornos de forma separada, pero ahora se entiende que ambas dimensiones se influyen mutuamente. Cuando el burnout aumenta, la felicidad disminuye y viceversa, aunque estos cambios no son inmediatos, sino graduales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la felicidad y el bienestar son esenciales para los seres humanos. Los indicadores de felicidad incluyen la salud mental y física, la situación económica, las relaciones personales y familiares, la seguridad y la percepción del futuro.
En Argentina, la felicidad es relativa. El “Informe de Felicidad en Argentina 2024” muestra una caída en los niveles de felicidad durante el primer trimestre de 2024, marcando el nivel más bajo en los últimos siete años. La encuesta preguntó a los participantes sobre su satisfacción general con la vida, revelando una disminución del 7,2% respecto al año anterior. Aunque el 50,7% de los argentinos se siente satisfecho con su vida, solo el 36,6% lo está en la mayoría de los aspectos. Para medir la satisfacción, el Observatorio utilizó la “Escala de Satisfacción con la Vida”, un instrumento reconocido por organismos internacionales como la UNESCO y la OMS.
En términos generales, hombres y mujeres de todas las edades y niveles educativos experimentaron una disminución en sus niveles de felicidad durante el primer trimestre de 2024. Sin embargo, los jóvenes de 18 a 29 años mostraron un aumento en sus niveles de felicidad. El grupo menos feliz, compuesto por personas de 50 a 59 años, reportó los niveles más bajos de felicidad, un cambio notable respecto al año anterior.
El síndrome de burnout, reconocido como una enfermedad ocupacional por la OMS, se caracteriza por agotamiento físico, emocional y mental debido al estrés laboral crónico. Las personas con burnout tienen el doble de probabilidades de desarrollar depresión, un 50% más de riesgo de ansiedad y un 80% más de probabilidades de enfermedades coronarias. El informe del Observatorio destaca que el 32% de los argentinos está tan agotado que no puede realizar actividades después del trabajo, el nivel más alto desde 2018. Este aumento de diez puntos porcentuales respecto al año anterior refleja un deterioro sistemático en la calidad de vida.
Frases como “No puedo relajarme después del trabajo” y “Cada vez me cuesta más iniciar la jornada laboral” son comunes entre el 24% de los encuestados. Para medir el estrés crónico y el agotamiento emocional, el Observatorio utilizó el Maslach Burnout Inventory (MBI), un instrumento reconocido a nivel mundial. La OMS señala que el bienestar es esencial para enfrentar el estrés cotidiano y desarrollar talentos. Según el informe, los más vulnerables al burnout son los jóvenes con menos educación y menores ingresos.
Morera concluye que un buen equilibrio entre demandas y recursos es crucial para mantener un nivel de bienestar. Si las demandas superan los recursos y no hay forma de aumentarlos, el estrés se convierte en crónico, incrementando el riesgo de trastornos mentales severos. Para prevenir el burnout y fomentar el bienestar, el informe sugiere mantener un entorno laboral saludable y equilibrado. Estos informes destacan la importancia de abordar el bienestar y el burnout de manera integral, promoviendo una vida saludable y equilibrada para todos los argentinos.