La reciente muerte de María Branyas Morera, a la edad de 117 años, ha vuelto a poner el foco en el estudio de la longevidad. Valter Longo, un reconocido experto en el tema, ha compartido sus reflexiones sobre el caso y ha destacado algunos de los factores clave que podrían explicar la extraordinaria vida de esta supercentenaria.
María Branyas Morera vivió una vida excepcional, atravesando dos guerras mundiales y varias pandemias. Su caso ha sido estudiado de cerca por científicos como Valter Longo, quien ha buscado identificar los factores que contribuyeron a su longevidad. Según Longo, la genética, la alimentación, el estilo de vida y las relaciones sociales son elementos clave para alcanzar una edad avanzada.
Longo compara a los centenarios con atletas olímpicos: necesitan una combinación de factores genéticos, mentales y ambientales para alcanzar la excelencia. En el caso de María Branyas Morera, Longo destaca la importancia de una alimentación saludable, basada en alimentos naturales y poco procesados. El yogur, por ejemplo, era uno de los alimentos favoritos de la supercentenaria y, según Longo, es un alimento común entre las personas longevas.
Además de la genética y la alimentación, las relaciones sociales juegan un papel fundamental en la longevidad. Estudios científicos han demostrado que las personas con un fuerte apoyo social viven más tiempo y tienen mejor salud. María Branyas Morera siempre destacó la importancia de rodearse de personas positivas y de mantener una actitud optimista ante la vida.
Longo ha estudiado a fondo las llamadas "zonas azules", regiones del mundo donde la esperanza de vida es excepcionalmente alta. En estas zonas, las personas suelen seguir dietas basadas en plantas, ricas en frutas, verduras y legumbres. El experto ha desarrollado su propia dieta, conocida como "Dieta de la Longevidad", inspirada en los hábitos alimenticios de estas poblaciones.
La historia de María Branyas Morera nos enseña que la longevidad es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales. Aunque no existe una fórmula mágica para vivir 117 años, podemos adoptar hábitos de vida saludables que nos ayuden a envejecer de manera saludable y a aumentar nuestra esperanza de vida.