La importancia de una merienda saludable en la lucha contra contra la obesidad infantil
En una sociedad como la española, donde los datos de obesidad infantil son alarmantes, la importancia de una merienda saludable es crucial. Los cambios en los hábitos de vida en las últimas décadas han llevado a un aumento preocupante en la báscula, y esto afecta gravemente a niños y adolescentes, que presentan tasas de sobrepeso sin precedentes. Criar menores con sobrepeso que arrastrarán esta condición a la madurez es un problema significativo, pues la obesidad infantil está relacionada con numerosas patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, accidentes cerebrovasculares y depresión, entre otras.
Para abordar la obesidad infantil, es fundamental mejorar los hábitos, especialmente los nutricionales. Una merienda saludable es una manera de corregir esta tendencia, pero no es la única solución. Aumentar el consumo de alimentos saludables en todas las comidas, mejorar los niveles de ejercicio físico y optimizar los patrones de sueño son esenciales para asegurar la salud futura.
No obstante, implementar meriendas saludables enfrenta obstáculos, como la falta de tiempo en las tardes, lo que facilita la aparición de productos no deseados. Este no es el único factor, pero tiene una influencia significativa. En un país que ha pasado de la escasez de alimentos a un exceso de procesados en apenas 100 años, los cambios en los hábitos alimenticios son evidentes. La transición de una dieta mediterránea a una sobrecargada de procesados ha contribuido a desmantelar la posibilidad de una merienda saludable. Esta situación no solo afecta a los niños, sino a toda la población, como se ha señalado en THE OBJECTIVE.
Las necesidades nutricionales y energéticas del español medio han cambiado drásticamente. De una sociedad agraria a una de servicios, se ha pasado del campo a la oficina, pero con un exceso de calorías. Las meriendas infantiles de los años 50 y 60, aunque calóricas, eran adecuadas para un nivel de actividad diferente. Hoy, con menor actividad y más sedentarismo, las necesidades calóricas han disminuido. A pesar de esto, los productos procesados como galletas y batidos de chocolate siguen predominando en la merienda, lo cual es respaldado por varios estudios.
La clave para una merienda saludable es evitar tanto las opciones tradicionales como las modernas cargadas de azúcares y procesados. Los bocadillos de chorizo y queso de antaño ya no son apropiados, al igual que las meriendas dulces y azucaradas de hoy en día. Los nutricionistas recomiendan que las meriendas saludables de los niños incluyan elementos diferentes a los procesados mencionados.
Como una de las cinco comidas diarias, la merienda saludable debería aportar entre un 15% y un 20% de las calorías diarias y no debe ser omitida. En los menores, la merienda es crucial para evitar un periodo de ayuno demasiado largo entre la comida y la cena, manteniendo un nivel adecuado de actividad física e intelectual. Saltarse la merienda puede llevar a un hambre excesiva a la hora de la cena, lo cual no es deseable.
Para lograr una merienda saludable, se deben incluir frutas, bocadillos con rellenos saludables como tortillas francesas, quesos bajos en grasa o pescados, y también hortalizas como zanahorias y tomates, además de frutos secos y productos lácteos naturales como leche o yogur. Es crucial evitar productos con azúcares añadidos y calorías innecesarias para fomentar hábitos alimenticios adecuados desde la infancia.