La pobreza condena a la obesidad infantil: los niños pobres pasan 16 días más al año frente a pantallas

Un informe de la Gasol Fundation revela que los menores de hogares vulnerables dedican 16 días más al año a las pantallas y seis días menos a la actividad física, lo que agrava las tasas de obesidad infantil. La ministra de Sanidad, Mónica García, promete medidas para reducir esta brecha.

12-07-2024 - Por Jonatan Anaquin

La pobreza condena a la obesidad infantil: los niños pobres pasan 16 días más al año frente a pantallas

Los niños de familias pobres pasan, en promedio, 16 días más al año frente a las pantallas y realizan seis días menos de actividad física que aquellos de hogares con más recursos. Esto lo revela un informe socioeconómico de la Gasol Fundation, presentado con datos del Estudio Pasos 2023. Como otros informes han demostrado, este sedentarismo resulta en tasas de obesidad infantil en hogares vulnerables que duplican las de los más ricos. “La obesidad infantil es un problema sistémico y social relacionado con desigualdades y falta de oportunidades. Para solucionarlo, debemos enfrentar esas desigualdades”, afirmó la ministra de Sanidad, Mónica García, quien añadió que su departamento busca aprobar normas para abordar este problema.

“La epidemia de obesidad infantil ya se ha convertido en una pandemia”, indicó Santi Gómez, director de programas de la Gasol Fundation, en el evento. Se consideraron cuatro variables principales de los escolares (actividad física, calidad de la dieta, uso de pantallas y horas de sueño) y variables socioeconómicas de sus familias (estudios universitarios o no, estatus laboral, y renta media).

El resultado muestra que la vulnerabilidad socioeconómica impacta la salud de los niños. Los menores más vulnerables dedican 23 minutos menos al día a actividad física moderada o vigorosa, lo que equivale a más de 11 horas al mes y casi seis días completos al año. “En cuanto al uso de pantallas, los niños y adolescentes más vulnerables pasan 16 días más al año frente a móviles, televisores y ordenadores. Eso sumaría cuatro meses completos entre los 8 y los 16 años sin despegar los ojos de la pantalla”, explicó Gómez.

“Respecto a la alimentación, la adherencia a la dieta mediterránea es un 13% mayor en los hogares con mejores condiciones”, añadió. Mientras que un 63% de la población infantil y adolescente más favorecida cumple con las recomendaciones de horas de sueño, dicho porcentaje es un 14.7% menor para la población más vulnerable.

En este contexto, el experto de la Gasol Fundation hizo varias solicitudes a las Administraciones Públicas, como impulsar el Plan Estratégico Nacional para la reducción de la obesidad infantil; que las iniciativas de promoción de hábitos saludables consideren las desigualdades sociales; y que se promueva urgentemente la adopción de hábitos de vida saludables para los niños. Además, pidió transformar los entornos locales para que la opción saludable sea la fácil y asequible, y que todas las familias puedan asegurar un estilo de vida saludable para sus hijos.

La ministra Mónica García recogió el desafío: “Estamos trabajando en el decreto de gobernanza del Plan Estratégico Nacional contra la Obesidad Infantil, que involucra a 17 ministerios. Hay suficiente evidencia científica para tomar acciones políticas que reduzcan la exposición de los menores a alimentos menos saludables. Espero que estos informes nos ayuden a definir decretos que eliminen barreras y creen un ecosistema más equitativo para los niños con menos recursos”, afirmó.

La ministra de Sanidad aludía, sin mencionarlo, al decreto para regular la publicidad de alimentos insalubres para menores, que el anterior ministro de Consumo, Alberto Garzón, tenía preparado, pero que fue bloqueado por otros ministerios controlados por el PSOE, como Agricultura o Industria. Los expertos en alimentación coinciden en que la autorregulación publicitaria no protege a los niños adecuadamente.

De hecho, los niños están expuestos constantemente a anuncios de alimentos y bebidas insalubres, que los incitan a consumir ultraprocesados y dificultan aprender a comer saludablemente. Estos impactos suman unos 4,000 al año solo en televisión, y además tienen un componente de clase: los niños de familias de bajos ingresos ven el doble de anuncios de alimentos insalubres que los de familias más acomodadas. “Abordaremos el problema de la obesidad infantil poniendo a los niños en el centro. Seremos capaces de implementar los decretos pendientes”, concluyó García.